viernes, 29 de enero de 2010

El Canto de las Ballenas


En las aguas del Océano Pacífico Sur, a unas 50 millas náuticas frente a la península de Kaikoura, se encuentran estos majestuosos animales, cuya observación sume a uno en una hipnótica e inolvidable experiencia.
Son las Sperm Whales ("ballenas de esperma"), así llamadas por la creencia errónea de los cazadores de ballenas primitivos de que la sustancia gelatinosa en el interior del cráneo del animal era esperma. Ccontrariamente a tal creencia, la sustancia no es sino una grasa oleaginosa que se calienta cuando el animal sube a la superficie a respirar (durante unos 10 minutos, cada 2 horas y media, aroximadamente) y se enfría en las profundidades abisales, sirviendo de indicativo a tan compleja criatura de que es hora de volver a emerger.
El viaje de vuelta a tierra firme lo hicimos flanqueados por albatros, aves de majestuoso vuelo quepueden llegar a medir hasta 4 metros de envergadura.
Fue toda una experiencia que no quería dejar de compartir con vosotros.

martes, 26 de enero de 2010

Taxi Stop


No hay nada más sorprendente que coger un taxi en Hong Kong... y descubrir que el taxista no habla inglés. Ni inglés, ni ningún otro idioma medianamente inteligible.
Ahora, como buenos trabajadores que son, el idioma no es un obstáculo para prestar un servicio mientras existan teléfonos móviles: todo es tan sencillo como marcar el número de la central de traducciones para taxistas, darle el móvil al cliente para que le diga al traductor a dónde quiere ir y confirmar con éste en un chino cantonés indescifrable hacia dónde ha de dirigir el taxi-caja rojo.
Mientras tanto es optativo el observar la cara de atónita sorpresa de los clientes, o echarse unas risas con el traductor mientras los incrédulos pasajeros miran por la ventana creyendo saber a dónde van.

sábado, 23 de enero de 2010

El Trabajador (Esquivo)


¿Olvido o practicidad?

miércoles, 20 de enero de 2010

Otra Visita a Hong Kong


Lo que más me fascina de Hong Kong son esos contrastes entre lo antiguo y lo nuevo,
entre lo atemporal y lo perecedero,
entre oriente y ocidente.

Dos mundos hechos un ovillo que cientos de miradas distraídas osan pasar por alto.